sábado, 9 de mayo de 2015

Más que carpintería inteligente...



Hoy en día estamos en un revolcón de información, a diario nacen y mueren conceptos, ideas, tendencias, mercados, empresas, personas, máquinas, sistemas, software y un montón de herramientas tecnológicas, sin contar con las noticias, la radio, la televisión, el Internet, la tabla, el celular, los aparatos

inteligentes, etc...etc...etc...En fin nada nuevo, es más de lo mismo, aparatos, personas que nos hacen alejarnos de nosotros mismos, de lo que creemos, de lo que sentimos, de lo que nos merecemos, de lo que soñamos.

En la medida que avanza el tiempo alimentamos y enriquecemos los sueños de otras personas, de otras familias, de otras empresas, de otros falsos líderes, pero realmente nos alejamos de confiar en nosotros mismos como individuos creadores, únicos e irreemplazables. Por más que quieran sustituir al hombre no hay competencia entre estos, hasta cuándo hablar de la felicidad como un concepto ajeno, acaso podemos salir a comprar un kilo de felicidad,  un metro de amabilidad,  4 centímetros de actitud, 5 gramos de respeto, 10 cc. de reconocimiento, en fin avanza la tecnología, avanza los ricos más ricos y la masa que? La masa dice poco, hace tantito, no confía entre sí, la masa que no es la masa con harina de trigo donde está? Cuándo despertará? Una forma humilde de colaborar a los individuos de mi alrededor consiste en adentrarnos (incluso laboralmente) hasta llegar al punto de reconocer y digo reconocer porque ya los conocemos a los VALORES HUMANOS, a esos valores que justamente han salido de vacaciones y los mantienen presos que luego sencillamente no vuelven.

Los valores humanos son la expresión del sentido común, ese que no domina al mundo, esos que son pocos que de vez en cuando lo sacamos de paseo, es esencia, es esa sonrisa, ese saludo, ese acto de compañerismo, ese respeto por el otro, ese aprecio a nuestros familiares, esa tarea bien hecha, esa confianza en uno mismo, esa sinceridad con el hermano, esa constancia, esa decencia, esa co-responsabilidad entre nosotros, esa amistad inquebrantable, esa familia que siempre está allí...

Una bonita forma de rescatarlos es reconociéndolos, recordando que son parte de la felicidad, de la tranquilidad y que viviendo en ellos se alcanzan los más grandes objetivos. Hay que volver a re-conectar el cable principal de la vida, de la empresa, de la escuela, de las universidades y ese cable es el individuo, como unidad, como átomo, como célula de un conjunto, que sin éste no funciona nada. 

¿Qué haz hecho? ¿Qué has creado? ¿A quién has ayudado? ¿Cuánto bien le haces a la sociedad? ¿Qué le aportas? O es que acaso sólo vives de ella y en ella, debemos volver al sentido de la humanidad, humanos somos y humanos moriremos, entonces porque ser dominados por máquinas...

Te invito a leer, a capacitarte, a reconocer las debilidades personales y laborales para potenciarlas al más alto nivel, no somos malos ni buenos, sólo no conocemos o sí conocemos, pero no el conocimiento vacía sino el producto de la experiencia y quién no tiene experiencia...

Tienes todo para ser un mejor ser humano, un mejor hermano, un mejor amigo, un mejor padre, un mejor empleado o empresario, tienes todo para ser un agente de cambio favorable en tu familia, en tu entorno en tu trabajo.

Lee, observa, toma uno minuto para analizar las situaciones fríamente y criticar lo que no consideres válido, por supuesto apoya todas las iniciativas positivas, que sumen y no resten felicidad.

Sigue adelante, no desmayes en tus metas en tu sentido de propósito por el cual viniste al mundo. Valora los detalles pequeños, a tus familiares, a tu esposa, a tu pareja pareja, esa persona incondicional, esa que te cocina, te confiesa, te ayuda, te representa, que cuida de ti como un tesoro, te invita a observarte desde afuera como un espectador y en mi caso resultó fascinante ver que sí era posible ser un mejor ser humano, en ningún momento perfecto, pero sí consciente, viviendo el presente porque de hoy depende el mañana...

Vence tus barreras, confía en tus sentidos, esos mismos que te acompañan en cada instante. Pues todo tiene un resultado inevitable, tarde o temprano la vida te recompensa por el aparente sacrificio, de no desconectarte de tu ser humano.

Carlos E. Gutiérrez


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