lunes, 26 de febrero de 2024

“Muebles de madera para personas”                               

Por Carlos Gutiérrez

26 de febrero 2024.

Para hablar de la actualidad en la industria del mueble y la madera no es suficiente con los 45 millones de resultados en 0.3 segundos que ofrece internet, basta con mirar a nuestros entornos familiares, escuchar sus experiencias, necesidades y penas.

Escuché alguna vez a una clienta decir: “Me hablas de muchas máquinas y procesos pero la máquinas no compran, compro yo que soy una persona común”, es por ello que quizás los retos de los últimos 20 años han sido temas como, la industrialización, la tecnificación, la profesionalización del sector, los avances tecnológicos para una mejor gestión, realidad aumentada y redes.

De qué vale todo esto si aún Ana y José se quejan de una experiencia desagradable, poco amable e implicada, incluso irresponsable por parte de empresas o carpinteros que no entienden aún que la verdadera necesidad es un trato humano, generar empatía, acompañar en todas las etapas del proceso de venta, cumplir tiempos, ofrecer un seguimiento personalizado, un montaje profesional, un servicio postventa digno del monto de la inversión y confianza, es decir, una atención de persona a persona.

Entrar a una hermosa tienda de muebles y que no se acerquen a atenderte, entrar a una tienda de gran superficie y que no cuenten con suficiente variedad para lograr una personalización a medida, recibir un armario y no entre el largo de las camisas por no medirlo antes, subir por las escaleras piezas tan grandes que no entran por el ascensor, dejar en manos de inexpertos el montaje, que te entreguen el proyecto sin terminarlo completamente, errores por falta de comunicación interna, relaciones de trabajo desgastadas y deterioradas, sumada a la falta de formación especializada y poca agilidad para adaptarse a las necesidades del consumir están a la orden del día.

Adaptarse es una obligación para empresas y personas que serán parte de los sobrevivientes de la llamada Industria 5.0, donde a pesar de lograr avances impensables y de decir estar centrada en el humano, puede volcarse contra él por el simple hecho de incorporar “el internet de las cosas” y distraer a tal punto que empeoren las relaciones cotidianas.

Como dice Arie de Geus: “la habilidad para aprender más rápido que los competidores puede ser la única ventaja competitiva capaz de sostenerse”, es por ello que aprender consiste en la capacidad de apertura que se tenga desde la dirección y los puestos intermedios que dirigen organizaciones para unir esfuerzos y comprometerse en pro del bienestar de las personas que trabajan hasta su eslabón más básico. Centrar el esfuerzo en lo humano potencia el máximo aprovechamiento de los aspectos digitales y tecnológicos, en cadena de bienestar hasta el cliente final.